Cinco pasos para controlar tu dinero


Aquí te van cinco pasos sencillos.

1. Primero tienes que saber en dónde estás parado. Anota en alguna parte cuánto dinero ganas. Si eres trabajador independiente, es más fácil saber cuánto ganas al año y no cuánto ganas al mes. Si eres asalariado, se supone que ya sabes cuánto ganas al mes.

2. Después encuentra en qué se te va el dinero. Vas a tener que llevar el registro durante tres meses, para saber más o menos cuáles son tus gastos. Lo puedes hacer con lápiz o papel, o bajar de Internet formas para hacer el registro. Por ejemplo, nosotros en CNNExpansión tenemos un formato. Para obtenerlo, pícale aquí. También hay formatos en los sitios de Condusef, o de Saber Cuenta. Hay formatos de una página que se llama You Need a Budget que puedes descargar en tu teléfono, pero que debes coordinar con tu computadora. También hay un sitio mexicano, que se llama Mano Cash Flow.

3. Encuentra en qué se te debe ir el dinero. Antes de que te castigues diciendo que ya no debes tomar un solo cafecito más y que no te vuelves a comprar una blusa hasta las próximas rebajas de enero de 2016, mejor fíjate para qué vas a necesitar el dinero. Para que no te compliques, divide en tres partes tu dinero:

a) Gastos obligatorios (la colegiatura, alquiler, el transporte, la comida). Mejor que no pase de la mitad de tus ingresos.

b) Ahorro. Cuando menos de 10 por ciento de tu ingreso. Puede llegar a ser más, porque si pasas de los 30 y tantos y no has ahorrado para tu retiro, ya es hora de que apartes dinero. ¿Tienes un fondo de emergencia? Se supone que debes tener guardados alrededor de tres o seis meses de tus ingresos. Si no los tienes, aparta en ahorro una cuota mensual, hasta que los juntes.

c) Gastos para tus caprichos. Date un permiso y deja un 20 por ciento.

Verás que la suma hasta aquí es de 80%. Te queda 20 por ciento para que distribuyas entre algunas metas que deberías alcanzar.

¿Por qué los gastos obligatorios no deberían pasar de la mitad de tus ingresos? Porque sería mejor que no estuvieras tan comprometido. Porque si es así, ya no te queda dinero para proyectos nuevos y entonces te vas a frustrar.

Cuidado con poner los gastos para tus caprichos dentro de los obligatorios. Por ejemplo, la cuota del gimnasio no es un gasto obligatorio. Si la pagas es porque te gusta ir. Si no te gusta ir, no la pagues, porque de todos modos no vas. ¿Cómo quedan esas tres partes? Necesitas saber cuánto debes ahorrar. Dicen que es cuando menos 10 por ciento de lo que ganas. Pero puede ser más. Si ya andas en los 40 años y no has ahorrado ni un clavo para tu retiro, le vas a tener que poner más. Luego el dinero para lo que te gusta: ponle 20 por ciento. Te queda 70 por ciento, que es para los gastos obligatorios. Lo maravilloso sería que con este presupuesto y la disciplina puedas sacarle más jugo a tu dinero.

4. Ponle un nombre a cada sol. Para que sepas en qué se va a gastar.

5. No te claves. Un presupuesto tiene que ser flexible.

fuente :cnnexpansion.





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